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Es el Dios padre de la lingüística, venerado por la mayoría, exceptuando algunos herejes que pretenden contradecir sus postulados.
Entonces, el verbo se hizo hombre y así nació Saussure. Engendrado, no creado, vivió y murió por los lingüistas. Su muerte perdonó a todos los lingüistas de sus pecados y su palabra se volvió sagrada.
Cuentan que nació en Ginebra, lo cual explica que viera estructuras rosas en la lengua, y su capacidad de convertir la palabra agua en vino.
Aprendió sánscrito directamente del Monstruo Espagueti Volador, quien algunos dicen era su padre verdadero. Otras versiones menos verosímiles es que el sánscrito lo aprendió en lengua indoeuropea, lo cual es una prueba más de su divinidad, pues esta lengua sólo existe en la imaginación de algunos.
Reunió a sus discípulos en París, donde difundió su palabra a sus apóstoles. Se declaraba así mismo como rey de los lingüistas, lo cual provocó que los gramáticos tradicionales lo persiguieran y murió crucificado, resucitó al tercer día y subió al cielo, y ahora está sentado a la derecha del padre y su reino de palabras jamás tendrá fin... bueno, al menos eso dicen los creyentes de Saussure, que se dicen así mismo Saussurianos.
Saussure también es conocido como Saussurcristo.
Saussure era un escritor introvertido, es decir, no escribía. Sólo se le ocurrió hacer algo durante su juventud sobre la lengua indoeuropea y sus vocales. Cuando murió, sus alumnos escribieron su evangelio. Está el evangelio según Charles Bally y el evangelio según Albert Sechehaye. La conjunción de los evangelios se le conoce como Curso de lingüística general. El autor de dicha obra es Saussure, aunque no escribió ni pío, lo cual habla una vez más de su palabra divina.
La palabra de Saussure es clara,una cosa lengua y otra cosa habla. La lengua la utilizamos para comer, y el habla, al parecer, para cenar. Sin embargo, otros intérpretes de Saussure no están de acuerdo con eso y definen a lengua como idioma, lo cual causa problemas a los anatómicos pues consideran que la lengua es un músculo, y el idioma es una convención de signos que utilizan los hablantes para comunicarse. Pero la mayoría de los lingüistas consideran que lengua es igual a idioma, aunque sea distinto.
El habla es lo que tú dices, y lo que yo digo, según tu forma particular de hablar, así como la mía, es decir, el habla es como a cada quien le da la gana utilizar la lengua. En ese caso, el habla no es lo que se utiliza para cenar, sino lo que decidamos hacer con la lengua, sí comer o darse beso francés.
Entre los milagros de Saussure ha sido multiplicar el signo lingüístico en dos. La operación se hizo de la siguiente forma:
1 × 2
El resultado fue realmente sorprendente, pues todos esperaban que diera a dos, pero en realidad el resultado fue significado y significante.
El significante es eso, lo que tú dices, y el significado es eso, lo que tú quieres decir ¿capici?
Saussure dejó como herencia su trono como rey de los lingüistas, que fue posteriormente ocupado por Trubetzkoy. Sin embargo, muchas personas más se han disputado el trono de Saussure, mientras otros han querido derrocar al régimen. Se dice que un movimiento iniciado por Avram Noam Chomsky está apunto de derribar la hegemonía Saussoriana en la lingüística, y por eso le decimos ¡hereje! ¡hereje! ¡hereje!
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